miércoles, junio 28, 2006

Ética hacker

En todas las edades de la humanidad ha habido quienes, motivados por diversos intereses y valiéndose de sus particulares destrezas, han ido contra la corriente de la sociedad o han buscado sus puntos de fuga para denunciarlos o aprovecharse de ellos.

En nuestra tardía posmodernidad, la del reinado de Internet, los hackers han ocupado dicho sitial, convirtiéndose –según cómo se les mire- en una especie de misteriosos malhechores o en icono de resistencia contra los poderíos transnacionales que proliferan.

En palabras simples, un hacker es por esencia un explorador de sistemas informáticos que busca la forma de forzar sus capacidades. Pero según cuáles sean sus intenciones, su acción puede llevarlo por caminos insospechados. Kevin Mitnick, es el mejor ejemplo de ello. Concretamente, fue condenado a 5 años de cárcel por penetrar en los sistemas de importantes multinacionales e incluso se le acusa –aunque no hay pruebas- de haber penetrado en el mando de defensa aeroespacial norteamericano.

Hoy, purgada su condena, Mitnick recorre el mundo como consultor de seguridad informática de importantes empresas y algunos gobiernos.

Más allá de los sabrosos detalles de la historia de Mitnick, su caso es una interpelación directa a cuestionarnos sobre cuál es la ética que rige a los usuarios de la Red, pero sobre todo a aquellos que tienen especiales destrezas para manejarla.

Ética hacker

Las respuestas son diversas entre quienes se reconocen como hackers, aunque en todas ellas parece haber una coincidencia básica: un llamado a la libre circulación y acceso de la información; aunque a partir de ahí, se desprenden diferentes formas para buscarla o promoverla.

Existe por ejemplo, una corriente hacker bastante confrontacional, cuyos planteamientos están resumidos en el llamado manifiesto, (http://www.sindominio.net/biblioweb/telematica/mentor.html). El texto, redactado en 1986 por un personaje que se autodenomina El Mentor, es una fuerte queja contra quienes criminalizan a los jóvenes hackers. «Mi delito es ser más inteligente que vosotros…» afirma en una de sus líneas.

Otra tendencia más pragmática es la que resume Eric S. Raymond en su artículo «Cómo convertirse en hacker». Por ejemplo afirma que para ellos «El mundo está lleno de problemas fascinantes que esperan ser resueltos» y que «la libertad es buena», entre otros. Un breve y clarificador comentario del artículo de Raymond se halla en (http://nbk.hackindex.com/hackindex1_a.htm).

También, respecto de la penetración en sistemas informáticos, existe una suerte de «código de conducta» que Eljaker -creador de una de las revistas de hacking más antiguas de España- describió hace algún tiempo en un prestigioso diario: «Nunca dañes algo intencionadamente…, no hackees nunca por venganza ni por intereses personales o económicos…, modifica sólo lo estrictamente necesario…».

El problema

Aún concientes de que hacker no es sinónimo de criminal, y que el hacking no es siempre una actividad destructiva, resulta difícil tomar posición al respecto, ya que –en el fondo- el tema supera lo estrictamente tecnológico y se sitúa en el ámbito de los derechos de las personas.

Estamos hablando específicamente de la privacidad que, si la reconocemos como un derecho (y una necesidad) incuestionable de todo ser humano, podemos sentar las bases a partir de las cuales valorar la actividad de los hackers.
Desde esta perspectiva podemos afirmar que mientras los juegos de estos manitas de la Red no afecten la vida privada de las personas, ni los intereses privados de las organizaciones, no hay problema. Después de todo, la esencia de Internet es su ser público, su estar abierta a todo aquél que tenga un ordenador y una conexión telefónica, por tanto, se supone que quien cuelga una información en la Red sabe que ésta puede ser revisada y utilizada por cualquiera; en otras palabras, sabe a lo que se expone.

El desafío para la sociedad es transmitir una conciencia de respeto a este derecho, para evitar que quienes tengan mayores destrezas para moverse en la red, las utilicen para dañar a otros u obtener beneficios económicos de ello y; por el contrario, promover que estos hábiles cibernautas pongan sus conocimientos al servicio de la sociedad.

Algunos sitios de interés

Un ejemplo de hacking ético se presenta en las entrevistas publicadas en http://ww2.grn.es/merce/2001/hack3.html.
La aplicación práctica más común del hacking ético descrita en un artículo de La Vanguardia Digital en (
http://www.vanguardia.es/cgi-bin/noticialvd.pl?noticia=hackers190500&seccion=temas).
Un sitio especializado en seguridad informática publica un singular ataque de un grupo de hackers éticos (
http://www.geocities.com/crino1p/docs/faq99.txt).
Más información sobre el caso de Kevin Mitnick, además de otras noticias relacionadas con los hackers en (
http://www.lared.com.ve/archivo/porta50.html).